Cuando hablamos de cambio climático lo primero que se nos dispara es la idea de veranos cada vez más cálidos y eventos extremos cada vez más frecuentes. Estos procesos tienen un efecto directo sobre el consumo de energía, el gasto en infraestructuras, etc. Sin embargo, estamos obviando un efecto imprescindible del cambio climático que también tiene repercusión económica, como son los efectos sobre la salud.
Según datos de la OMS, las variaciones climáticas intensas están detrás del aumento de la mortalidad por enfermedades cardíacas y respiratorias. Ahora que llega la primavera, un aumento de la temperatura global modifica la cantidad y distribución del polen y aumentan los procesos de asma. Además, estos cambios en el clima modifican el rango de distribución de vectores de enfermedades infecciosas. La lista es larga.
Ante esta evidencia, investigadores del Basque Center for Climate Change (BC3) han comparado el gasto sanitario relacionado con el cambio climático, con la inversión en medidas de mitigación. Lo primero que han encontrado es que tomar medidas para frenar los efectos del cambio climático, genera beneficios directos en las cuentas sanitarias, especialmente en países como India y China. Además, se ha observado que cumplir con el objetivo del acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura a 1.5ºC sobre los niveles pre-industriales generaría un ahorro de entre 2.5 y 8 billones de dólares en estos mismos países.
Quizá estos datos que demuestran los beneficios colaterales sobre la salud de frenar el cambio climático sean un importante incentivo para los gobiernos de todo el mundo.